Los autores de este blog cada cierto tiempo escuchamos (o, más bien, leemos) la pregunta de qué pasaría si comiéramos sólo huevos que las gallinas dejaran por ahí por el campo, tirados, sin vigilar. Este caso hipotético busca iluminar las bases reales de lo que convierte inmoral la explotación de otros animales, puesto que en el supuesto caso de que recogiéramos un huevo que nos encontráramos de paseo por el campo (algo muy frecuente, me imagino), no estaríamos violentando a la gallina dueña de ese huevo.
Un huevo no es una persona. Al igual que un embrión (de hecho, dentro del huevo hay un embrión), carece de sistema nervioso (mientras no esté fecundado y haya alcanzado estadios avanzados de desarrollo). En la ausencia de sistema nervioso, es imposible la existencia de sensaciones, sentimientos y emociones. Una roca no siente dolor porque no tiene sistema nervioso; una planta no siente porque no tiene sistema nervioso. Lo mismo ocurre con cualquier otro organismo que carezca de sistema nervioso, ya sea rudimentario o complejo. Por lo tanto, al huevo no le hacemos ningún daño.
En un día cualquiera puedes encontrar millones de huevos en un paseo por el bosque. |
Un resort de 5 estrellas para las esclavas. |
Cuando los huevos son extraídos de gallinas que se encuentran esclavizadas, entonces el problema ético recae en el trato que le damos a las gallinas, no a las huevos. Gallinas esclavizadas, cosificadas, explotadas, maltratadas, encerradas; he ahí, en esos individuos privados de su libertad y autonomía, donde el acto inmoral reside.
Entonces, ¿qué sucede con el caso hipotético del huevo tirado en el campo sin gallinas de por medio? Claramente, no existe ningún dilema ético, puesto que el huevo no siente y no estamos explotando a ninguna gallina.
¿Pero cuáles son las consecuencias de aceptar esta práctica como válida? No hay nada que podamos hacer para evitar que alguien recoja un huevo y se lo coma, pero quiero sugerir que sí existen algunos problemas con validar tal acción.
Inefable. |
La compra de marfil no siempre es anti-ética. Si el marfil proviene de elefantes, entonces detrás se encuentra la industria de la caza furtiva y los elefantes están sufriendo por ella. Pero también existe marfil en el mercado proveniente de otros proboscidios, ahora extintos, como los mamuts y los mastodontes. Comprar marfil proveniente de estos animales muertos hace miles de años no presenta un dilema ético. Sin embargo, es posible que la demanda de marfil incentive la caza furtiva de elefantes y que los vendedores mientan sobre el origen del mismo.
Lo mismo con consumir un huevo solitario hallado en las planicies. ¿Qué mensaje le damos a la sociedad y, al mercado? Podría generar la ilusión de que, en toda circunstancia, es justificado consumir huevos.
Aunque, finalmente, como casi todo escenario hipotético, este probablemente no ocurre jamás.
Lo mismo con consumir un huevo solitario hallado en las planicies. ¿Qué mensaje le damos a la sociedad y, al mercado? Podría generar la ilusión de que, en toda circunstancia, es justificado consumir huevos.
Aunque, finalmente, como casi todo escenario hipotético, este probablemente no ocurre jamás.