Empecemos por lo fácil: ¿qué significa la parte 'centrismo' de 'sensocentrismo'? Como es casi transparente, 'centrismo' viene de '
centro'. Al igual que en los términos 'antropocentrismo', 'teocentrismo', 'biocentrismo', 'tecnocentrismo' o 'ecocentrismo' (sí, hay hartos), en 'sensocentrismo' el sufijo
centrismo significa que lo que le antecede es el
centro de un
sistema de valores y principios. Un sistema de valores y principios es un conjunto de ideas éticas que tienen consistencia entre sí y que son usadas para guiar un comportamiento moral con integridad. En otras palabras, un ALGO
centrismo es un conjunto de ideas que guían moralmente nuestro comportamiento, un conjunto
centrado en ese ALGO. Dicho bien vulgarmente, ese ALGO será lo que más valoramos y lo que intentaremos resguardar moralmente con nuestras acciones.
Entonces, ¿alrededor de qué principios y valores éticos gira el 'sensocentrismo'? Para entender esto hay que entender a qué se refiere el primer lexema:
senso.
Senso viene de
sensaciones, de
sentimientos, de
sentir, de
sensorial, de
sensibilidad.
Senso hace alusión a esa cualidad de percibir
psicológicamente el mundo a través de emociones y sensaciones, de
dolor y
placer.
Senso se refiere a cuando te golpeas el dedo pequeño del pie contra la mesa de centro y a cuando te comes una barra de chocolate y experimentas un regocijo inefable, a cuando estás estresado por no poder pagar tus cuentas a tiempo y a cuando ves la sonrisa de tus hijos por haber ganado su partido de fútbol, a cuando debes someterte a una operación dolorosa y a cuando estás feliz por habértela hecho ya que salvó tu vida. Todas esas situaciones tienen algo en común y es que son parte de este
senso, un ALGO que sólo alguien con
sentimientos y
sensaciones, sólo ALGO con la apropiada maquinaria física y psicológica puede tener. Más bien, un ALGUIEN más que un ALGO.
Entonces ya podemos especificar qué principios y valores son los que definen al
sensocentrismo. El
sensocentrismo se entiende, entonces, como aquel sistema de valores y principios que se centran en la capacidad de
sentir. Dicho de otra forma, el
sensocentrismo define como lo más valioso a ese ALGUIEN que puede
sentir y prescribe como éticas todas aquellas acciones que están destinadas a resguardar los derechos de esos ALGUIENES que sienten. Desde una perspectiva sensocentrista, el valor que le otorgamos a la vida humana se desprende de que
sabemos que los seres humanos
sienten y que nuestras acciones los afectan positiva o negativamente, causándoles dolor o placer, alegría o tristeza. Y son esas acciones que causan placer las que consideramos moralmente aceptables o deseables y aquellas que causan dolor las que consideramos reprochables.
Entonces ahora la última pregunta que cabe hacernos es: ¿quiénes son esos
alguienes que debemos respetar? Hay que notar que el sensocentrismo no depende de una cantidad determinada de seres que sientan. O sea, su validez no está sustentada en que tal o cual entidad sienta o no. Simplemente, TODO individuo que sienta debe ser considerado puesto que sólo con sentir (dolor y placer) nuestras acciones los afectan negativa o positivamente, incluso cuando no lo notemos inmediatamente. En este sentido, si algún día llegáramos a construir un robot que siente dolor y que siente placer, entonces estaríamos obligados a tratarlo con respeto y a considerarlo un
alguien que debe entrar en nuestra consideración ética. Y cabe notar que esto no dependerá de si el robot
parece humano o no. Podría ser un R2D2 y aún merecería respeto por el solo hecho de sentir. Lo mismo que un extraterrestre.
Hoy en día está más que claro que
muchos animales sienten. Existen animales que no sienten como las Esponjas e incluso puede que aún exista debate en torno a los insectos y otro tipo de animales como los moluscos, pero sabemos que los animales que explotamos a diario, por miles de millones anualmente para satisfacer
necesidades innecesarias sí sienten: vacas, cerdos, ratones, perros, gatos, zorros, conejos, caballos, burros, toros, focas, cabras, ovejas, pollos, pavos, patos, ciervos, avestruces, kanguros, tortugas, peces, tiburones, ballenas, delfines, elefantes, osos, jirafas, monos, gorilas, chimpancés y miles de otras especies. Ninguno de ellos se merece esto. Todos ellos están sufriendo ahora mismo. A todos ellos les quitamos su libertad. Creo que es momento de empezar a respetarlos.