La comida vegana puede ser muy rica y nutritiva

Existe gran variedad de alternativas sin productos de la explotación animal

Los delfines asesinados en Japón son víctimas inocentes

Y por todo el mundo se oyen voces de protesta para que su sangre deje de teñir el mar nipón

Pero ellos también sufren

Una vida privada de libertad, llena de sufrimiento que termina en la muerte

Afortunadamente, existe gente dispuesta a luchar por ellos

A no participar de sus muertes, a promover el respeto y la empatía

Y tú puedes ser uno más. Tú puedes ayudarlos.

Líbéralos, líbérate. Hazte vegano. Elige el veganismo.

Tuesday, June 17, 2008

La Negación del “Otro”

“En realidad, otro problema que creo debemos enfrentar, es que en cualquier punto particular de la historia humana, la gente no ha entendido lo que es la opresión. Es algo que aprendes. Si volvemos hacia, digamos, mis padres o mi abuela, ella no pensaba que estaba siendo oprimida por ser parte de una familia super patriarcal donde el padre podía ir caminando por la calle y no reconocer a su hija cuando ella venía—no porque él no supiera quién era ella, sino porque no se supone que le hagas señas a tu hija. No se sentía como opresión. Sólo se sentía como que así es la forma en que funciona la vida…Pero, como cualquiera que haya estado involucrado en cualquier tipo de activismo sabe—digamos el movimiento por las mujeres—una de las primeras tareas es hacer que la gente comprenda que están viviendo bajo condiciones de opresión y dominación. No es algo obvio, y quién sabe qué formas de opresión y dominación estamos simplemente aceptando, sin siquiera notarlas.” - Noam Chomsky

Durante miles de años ya, la especie humana se ha caracterizado por formar estratos y jerarquías, no solo dentro de sus sociedades, sino también entre sus sociedades particulares y otras, e incluso entre el humano como especie y el resto del mundo natural (junto a todos sus habitantes no-humanos).

Creamos, y posteriormente justificamos, el que exista un grupo que ejerce su supremacía y otro que es subyugado. Así nace el hombre que domina a la mujer; El blanco que domina al negro; El civilizado que domina al salvaje; El rico que domina al pobre; El humano que domina al animal.

Creamos unos grupos aparte, unos “otros”, a quienes medimos según sus “carencias” en comparación con nosotros mismos; carencias que, a su vez y a través de nuestro prisma, hacen de ellos “inferiores”.

Así, llamamos a la siempre conveniente “Ley Natural”, y reclamamos que nuestras jerarquías, si bien a ratos pueden ser “lamentables”, son parte “fundamental” de la vida. Así son las cosas y nada se puede hacer al respecto.

De ahí en más, la línea divisoria trazada, notoria y artificial, comienza a convertirse en invisible y “natural”. El opresor deja de sentirse como tal. El oprimido deja de notar su opresión. Y la vida sigue su curso.

Pero llega el momento en que el oprimido no puede sostener la injusticia y vuelve a notar la opresión; levanta su voz y cuestiona el paradigma reinante. Y así aparecen las Rosa Parks y los Luther King. El movimiento feminista, la liberación homosexual, y la lucha por la auto-determinación de los pueblos arraigados.

El problema, sin embargo, es más difícil cuando quienes están siendo oprimidos no tienen voz “comprensible” que levantar, y su opresión es llevada a cabo de forma casi unánime alrededor del mundo. Ya no hay separación hombre/mujer, negro/blanco, ni rico/pobre.
Sólo existe el “humano”. ¿Y el otro? “Animal”.

Partiendo por negar nuestra propia naturaleza (y toda evidencia científica al respecto), creamos una falsa dicotomía humano/animal como parte fundamental de nuestra mentalidad opresiva. Jerarquizamos e inventamos una visión piramidal del mundo donde el humano (quién, según esta visión, no es un animal) se ubica en la cumbre, y las demás especies animales, por debajo.

Ya tenemos el grupo aparte. Los “otros”.

Luego, los medimos y comparamos convenientemente, arguyendo supuestas “carencias” para justificar su “inferioridad” (“que no razonan, que no son auto-conscientes, que actúan solo por instinto”, etc.) y seguimos el mismo camino utilizado para dominar a otros humanos, hasta llegar, nuevamente, a la supuesta “Ley Natural”. Pronto, la línea divisoria desaparece.

Lamentablemente, ésta vez los oprimidos dependen de sus opresores, y de que éstos sean quienes levanten su voz y cuestionen la injusticia del paradigma reinante.

Notar la opresión que nos es invisible (debido a una vida entera de socialización y aceptación de ésta) es difícil, en especial cuando incurrimos en ella, y disfrutamos de los efectos colaterales de este privilegio de especies, en cada merienda (en que comemos un pedazo de queso, bebemos leche o comemos huevos), o cada vez que nos ponemos el par de zapatos de cuero favorito.

Sin embargo, basta con que pensemos empática y críticamente para que dejemos de ver a estos “otros” como meros recursos, medios para nuestros fines. Para que entendamos y aceptemos su autonomía, su libertad y sus intereses, y dejemos de verlas y verlos como “proveedores” de alimento (o como alimento ellos mismos), como potencial “vestimenta” o como medios para nuestra diversión, compañía o provecho.

En definitiva, para dejar de verlos y tratarlos como simples cosas que podemos usar para nuestro placer y beneficio.

La justicia y el respeto, la paz y el amor, no son cosa de otros, sino nuestra.

La decisión es tuya.


“Veganismo es en verdad la afirmación de que donde existe el amor, la explotación desaparece” - Leslie Cross

Samuel Álvarez