La comida vegana puede ser muy rica y nutritiva

Existe gran variedad de alternativas sin productos de la explotación animal

Los delfines asesinados en Japón son víctimas inocentes

Y por todo el mundo se oyen voces de protesta para que su sangre deje de teñir el mar nipón

Pero ellos también sufren

Una vida privada de libertad, llena de sufrimiento que termina en la muerte

Afortunadamente, existe gente dispuesta a luchar por ellos

A no participar de sus muertes, a promover el respeto y la empatía

Y tú puedes ser uno más. Tú puedes ayudarlos.

Líbéralos, líbérate. Hazte vegano. Elige el veganismo.

Tuesday, July 08, 2008

¿Huevos al desayuno?


Para satisfacer el apetito siempre creciente de huevos, la industria avícola (como cualquier otra industria contemporánea) ha debido crear distintos métodos para aumentar la producción y disminuir el tiempo requerido para llevarla a cabo.

Como cualquier otra propiedad, las gallinas que son utilizadas para tal propósito, son vistas y tratadas como simples medios para un fin, que en este caso, es el lucro de sus dueños.

Por razones obvias, de esto se deduce que cualquier dueño de esta propiedad busque aumentar el número de gallinas “ponedoras”, el número de huevos que pone cada una de ellas, y disminuir el espacio en el que cada una lleva a cabo su "producción". Como resultado de esto, aparecieron (entre otros métodos) las jaulas-batería.
En estas jaulas de dimensiones ínfimas, son confinadas tantas gallinas como sea posible. Bajo este sistema se “produce” la gran mayoría de los huevos que son comercializados en el mercado nacional e internacional.

Pero vamos desde el principio.

Huevos fecundados son llevados por miles a las salas de incubación. Estas salas están llenas de estanterías, y dentro de cada uno de sus cajones nacerán decenas de polluelos que pasarán a ser parte de la industria. Estos bebés jamás conocerán a sus progenitores ni a nadie parecido a una figura materna o paterna.

Debido al alto grado de hacinamiento, muchos polluelos tratando de nacer morirán aplastados por aquellos que hayan nacido antes. Otros, por la misma razón, nacerán con distintas malformaciones.

Como cualquiera puede imaginar, la industria de los huevos solo necesita hembras, y como en cada camada nacen indistintamente hembras y machos, estos últimos son inservibles para la industria.

Por lo tanto, junto a las miles de cáscaras de huevo y polluelos que nacieron con malformaciones, todos los bebés macho serán llevados a la trituradora o lanzados al basurero, en el que morirán sofocados, deshidratados o de hambre en unos cuantos días.
Estas criaturas, que debieron haber nacido libres, desarrollarse entre los de su especie, llegar a ser gallos plenos y autónomos, fueron condenados a una existencia en la que lo único que conocieron fue dolor, angustia, sufrimiento y muerte. .. simplemente porque el humano vió en ellos nada más que un "recurso".

Las sobrevivientes deberán pasar, sin embargo, muchas mas penurias que sus desdichados hermanos. Su segunda gran prueba será el corte de pico. Éste proceso se lleva a cabo con tijeras o hierros calientes que mutilan a las futuras gallinas, una por una, previniendo que sus picos vuelvan a crecer. Esto se suele hacer dentro de los 10 primeros días de vida.
El procedimiento genera un intensísimo dolor y sufrimiento posterior, malformaciones, infecciones e incluso la muerte.

El corte de pico es esencial para la industria de huevos por diversos factores. Por un lado, esto hace que las gallinas no elijan su alimento y por lo tanto coman cualquier cosa que les pongan por delante, por antinatural que sea para ellas (como la harina de pescado). Por otro lado, esto también disminuye las posibilidades de muertes por canibalismo, comportamiento muy frecuente dentro de la industria, debido al hacinamiento, stress y sufrimiento que deben soportar durante toda su vida, lo que provoca serios trastornos psicológicos.
De esta manera se puede hacinar a más gallinas, sin las pérdidas económicas que significa el que se picoteen hasta la muerte.

Una vez en su nuevo “hogar”, ellas pasarán sus vidas tan abarrotadas, que jamás podrán siquiera estirar sus alas. Sus patas serán cercenadas por los alambres sobre los cuales estarán obligadas a permanecer paradas durante la totalidad de sus miserables vidas. En estas jaulas muchas de ellas morirán, y la gran mayoría vivirá enferma debido a las condiciones deplorables en las que se encuentran.
Ninguno de sus intereses, por básicos que sean, son tomados en cuenta, simplemente porque para el humano éstos son inexistentes. Una gallina es una propiedad. Es una cosa. No tiene intereses, ni tiene derechos.

Todas las gallinas pasan por su período fértil, en el que ponen la mayor cantidad de huevos (ayudadas por un número no despreciable de hormonas y otras drogas que hacen aumentar la “producción”). Luego de éste período, pasan por otro bastante prolongado (para los estándares de la industria) en el que su producción disminuye o cesa. Para acortar este período, se les priva de alimento y agua, por al menos 2 semanas, para forzar la llegada del siguiente período fértil. Muchas gallinas morirán durante este proceso.

Así permanecerán por cerca de 2 años. Luego de esto, saldrán de sus jaulas por primera vez en sus vidas. Finalmente verán la luz del Sol, mientras son llevadas a un camión… que las llevará al matadero. El calvario que les espera aún es horrendo, pero al menos ya se vislumbra un fin.

Un fin a tanta miseria, dolor y sufrimiento. Un fin a una vida llena de privaciones y tortura.

Una vida en la que jamás pudieron cobijarse bajo las alas de su madre; en la que nunca pudieron darse baños de sol y tierra; en la que no pudieron siquiera abrir las alas. Una vida que jamás pudieron vivir.

Todo por la codicia del humano, que es capaz de cerrar sus ojos, olvidar la empatía y el respeto, y negar toda evidencia, para justificar el hacer de otros sus esclavos, tal como lo hiciera con otros humanos hasta hace no mucho tiempo.

Después de una vida en penurias, un corte en la garganta pondrá fin a sus vidas, y marcará quizás el reencuentro con sus, después de todo, “no tan” desdichados hermanos.

La ignorancia, es la principal arma del opresor. El conocimiento, es la principal arma de la justicia.
Tú puedes poner fin a esto. La decisión, está en tus manos, en tu plato y en tu boca.
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Nota al margen: El Veganismo no se basa en conceptos como la “crueldad”, ni en las formas que esta pueda tomar, sino en la empatía, el respeto y la justicia hacia todos los animales; por lo mismo busca poner fin a cualquier tipo de discriminación, opresión y/o explotación (a humanos o no-humanos indistintamente), sin importar si se lleva a cabo de manera industrial, familiar o individual. Es la injusticia en que se basan éstas, y no la manera en que se lleven a cabo, lo que fundamenta el movimiento vegano.

Dar a conocer la realidad que hay detrás de la explotación animal en el siglo XXI no busca graduar moralmente distintos tipos de explotación (buenos-malos, mejores-peores), sino simplemente informar a la población sobre los procedimientos estándar de la industria ganadera.
Samuel.

Friday, July 04, 2008

Comentario sobre Santuario Ballenero en Chile


Mientras se reunía la Comisión Ballenera Internacional en Santiago de Chile, para, entre otras cosas, debatir acerca de una posible reapertura de la caza comercial de ballenas, prohibida por la comunidad internacional desde 1986, la Presidenta de Chile, Michelle Bachelet, firmó dos decretos y un proyecto de ley que prohibirán la caza de estos cetáceos en aguas jurisdiccionales chilenas, convirtiéndolas en Santuario Ballenero.

Si bien, para las ballenas de hoy, este decreto representa una oportunidad para seguir viviendo, idealmente, "libres" de la codicia humana (al menos en aguas chilenas, al menos de forma letal y al menos por un tiempo), el problema de fondo, y que las puso en la situación actual, continúa siendo el mismo.

Leyendo y analizando artículos, noticias y las declaraciones de gente involucrada, es fácil darse cuenta de que en ninguna parte se habla del valor inherente que posee cualquier animal (en este caso las ballenas), por el solo hecho de ser seres autónomos, sintientes, y tener interés en su libertad, en su bienestar físico y psicológico, y en sus vidas.

Solo se habla de "preocupación por el medio ambiente y el desarrollo sostenible", por el "uso no-letal" de estos individuos, o sobre el hacerlo de manera "responsable y sostenible".

También se habla de lo terrible de la "caza indiscriminada" de éstos seres, para Bachelet, "uno de los mamíferos más hermosos de nuestro planeta".

Es más, la Presidenta de Chile dejó mas que claro el problema al decir que: "somos un país privilegiado al poseer este recurso natural".

"Recurso natural", "uso no-letal", uso "indiscriminado", "mamíferos hermosos".

Ni una sola mención de las ballenas como seres autónomos, auto-conscientes, con intereses.

Y claro, si para los humanos, los demás animales son solo cosas, cuyo único valor es el que nosotros decidimos darle. Son nuestras propiedades y por lo tanto los usamos según sea más beneficioso para nosotros el hacerlo.

Si Chile se opone a la caza de ballenas es porque no tiene intereses económicos en su matanza, sino en su "uso no letal". Se preocupa de su posible extinción por el daño medio ambiental resultante que afectaría al humano. Porque perderíamos una oportunidad turística. Porque nuestros hijos perderían la oportunidad de disfrutar de su belleza. Porque si no lo hace, se ganaría el repudio de la comunidad internacional, etc.

El valor intrínseco de las ballenas, para el ojo humano, no existe. Tal como no existe el valor intrínseco de los peces y otros animales marinos, que los que luchan por salvar a las ballenas matan y comen regularmente.

Como tampoco existe el de las vacas "lecheras" que son aprisionadas, esclavizadas, explotadas, torturadas, separadas de sus crías, y finalmente asesinadas, para que el humano pueda disfrutar un pedazo de queso o un vaso de leche.

Y así con las gallinas "ponedoras", ratones "de laboratorio", animales "de compañía", "de circo" o "zoológico".

Todas y todos son medidos y valorados según el beneficio que el humano saca de ellos. Su valor no va más allá de uno utilitario que el humano define.

Y ciertamente, estas moratorias o decretos de protección son temporales y dependientes de la estabilidad y número de las poblaciones pertenecientes a determinadas especies. Es razonable, sino esperable, que una vez que éstas dejen su estado de “vulnerables” o “en peligro de extinción”, su matanza vuelva, tal como ayer, a proliferar alrededor del mundo.

De esta manera, podemos pasarnos toda la vida "protegiendo" especies en peligro de extinción, o las que esté de moda proteger; dedicar grandes cantidades de tiempo, esfuerzo y recursos en estas medidas parche.
Pero el abuso, esclavitud, tortura y matanza continuará, mientras no ataquemos el problema de fondo, y no rechacemos la noción de que los demás animales son nuestros recursos.

Si hemos de cambiar en algo el paradigma actual, debemos dejar de verlos y tratarlos como medios para nuestros fines, y aceptar su autonomía, sus intereses y su libertad.
Cualquier medida que pase por alto esto, aparte de no representar "un paso en la dirección correcta", no hace mas que reafirmar la noción de que los demás animales son solo recursos que el humano puede utilizar para su beneficio.
Sin duda, la tarea es ardua y puede que el objetivo sea difícil de alcanzar, pero para las víctimas, cuyas vidas están en juego, no hay segundas oportunidades. Es nuestra responsabilidad luchar por lo que nos parece justo y avanzar hacia ese mundo que queremos construir, sin vacilar ni dar pie atrás.

Samuel.

No queremos aceptar como nuestros iguales, a los animales que hemos convertido en nuestros esclavos” – Charles Darwin

Tuesday, June 17, 2008

La Negación del “Otro”

“En realidad, otro problema que creo debemos enfrentar, es que en cualquier punto particular de la historia humana, la gente no ha entendido lo que es la opresión. Es algo que aprendes. Si volvemos hacia, digamos, mis padres o mi abuela, ella no pensaba que estaba siendo oprimida por ser parte de una familia super patriarcal donde el padre podía ir caminando por la calle y no reconocer a su hija cuando ella venía—no porque él no supiera quién era ella, sino porque no se supone que le hagas señas a tu hija. No se sentía como opresión. Sólo se sentía como que así es la forma en que funciona la vida…Pero, como cualquiera que haya estado involucrado en cualquier tipo de activismo sabe—digamos el movimiento por las mujeres—una de las primeras tareas es hacer que la gente comprenda que están viviendo bajo condiciones de opresión y dominación. No es algo obvio, y quién sabe qué formas de opresión y dominación estamos simplemente aceptando, sin siquiera notarlas.” - Noam Chomsky

Durante miles de años ya, la especie humana se ha caracterizado por formar estratos y jerarquías, no solo dentro de sus sociedades, sino también entre sus sociedades particulares y otras, e incluso entre el humano como especie y el resto del mundo natural (junto a todos sus habitantes no-humanos).

Creamos, y posteriormente justificamos, el que exista un grupo que ejerce su supremacía y otro que es subyugado. Así nace el hombre que domina a la mujer; El blanco que domina al negro; El civilizado que domina al salvaje; El rico que domina al pobre; El humano que domina al animal.

Creamos unos grupos aparte, unos “otros”, a quienes medimos según sus “carencias” en comparación con nosotros mismos; carencias que, a su vez y a través de nuestro prisma, hacen de ellos “inferiores”.

Así, llamamos a la siempre conveniente “Ley Natural”, y reclamamos que nuestras jerarquías, si bien a ratos pueden ser “lamentables”, son parte “fundamental” de la vida. Así son las cosas y nada se puede hacer al respecto.

De ahí en más, la línea divisoria trazada, notoria y artificial, comienza a convertirse en invisible y “natural”. El opresor deja de sentirse como tal. El oprimido deja de notar su opresión. Y la vida sigue su curso.

Pero llega el momento en que el oprimido no puede sostener la injusticia y vuelve a notar la opresión; levanta su voz y cuestiona el paradigma reinante. Y así aparecen las Rosa Parks y los Luther King. El movimiento feminista, la liberación homosexual, y la lucha por la auto-determinación de los pueblos arraigados.

El problema, sin embargo, es más difícil cuando quienes están siendo oprimidos no tienen voz “comprensible” que levantar, y su opresión es llevada a cabo de forma casi unánime alrededor del mundo. Ya no hay separación hombre/mujer, negro/blanco, ni rico/pobre.
Sólo existe el “humano”. ¿Y el otro? “Animal”.

Partiendo por negar nuestra propia naturaleza (y toda evidencia científica al respecto), creamos una falsa dicotomía humano/animal como parte fundamental de nuestra mentalidad opresiva. Jerarquizamos e inventamos una visión piramidal del mundo donde el humano (quién, según esta visión, no es un animal) se ubica en la cumbre, y las demás especies animales, por debajo.

Ya tenemos el grupo aparte. Los “otros”.

Luego, los medimos y comparamos convenientemente, arguyendo supuestas “carencias” para justificar su “inferioridad” (“que no razonan, que no son auto-conscientes, que actúan solo por instinto”, etc.) y seguimos el mismo camino utilizado para dominar a otros humanos, hasta llegar, nuevamente, a la supuesta “Ley Natural”. Pronto, la línea divisoria desaparece.

Lamentablemente, ésta vez los oprimidos dependen de sus opresores, y de que éstos sean quienes levanten su voz y cuestionen la injusticia del paradigma reinante.

Notar la opresión que nos es invisible (debido a una vida entera de socialización y aceptación de ésta) es difícil, en especial cuando incurrimos en ella, y disfrutamos de los efectos colaterales de este privilegio de especies, en cada merienda (en que comemos un pedazo de queso, bebemos leche o comemos huevos), o cada vez que nos ponemos el par de zapatos de cuero favorito.

Sin embargo, basta con que pensemos empática y críticamente para que dejemos de ver a estos “otros” como meros recursos, medios para nuestros fines. Para que entendamos y aceptemos su autonomía, su libertad y sus intereses, y dejemos de verlas y verlos como “proveedores” de alimento (o como alimento ellos mismos), como potencial “vestimenta” o como medios para nuestra diversión, compañía o provecho.

En definitiva, para dejar de verlos y tratarlos como simples cosas que podemos usar para nuestro placer y beneficio.

La justicia y el respeto, la paz y el amor, no son cosa de otros, sino nuestra.

La decisión es tuya.


“Veganismo es en verdad la afirmación de que donde existe el amor, la explotación desaparece” - Leslie Cross

Samuel Álvarez

Wednesday, May 28, 2008

News

Desde hoy, este blog se vuelve una iniciativa conjunta entre Samuel Álvarez y mi persona. Quienquiera de los dos tenga algo digno de ser publicado podrá "subirlo". Agregaremos el nombre para que quede explicitado quién ha escrito lo publicado.

Saludos

Diego.-

Animales Abandonados en Chaitén... ¿Por Qué?

Tras la evacuación de la población humana residente en Chaitén, un número creciente de ciudadanos comenzó a manifestar su inquietud por aquellas y aquellos residentes que quedaron atrás, bajo la gran nube de cenizas proveniente del volcán: cientos de animales domesticados, que fueron abandonados a su suerte (¿muerte?).



Cadenas por e-mail, información en páginas web e incluso colectas en universidades dan cuenta de la campaña en “ayuda de los animales de Chaitén”. Y si bien la buena voluntad y dedicación de quienes están trabajando en la campaña no se puede poner en duda, ni ser mirada en menos, creo que hay una “gran nube” entorpeciendo nuestra visión sobre este tema.

Antes de preguntarnos por qué fueron abandonados esos animales, creo que el cuestionamiento debiera ser, en primer lugar: ¿Por qué están esos animales ahí?

Y la respuesta es simple. Fueron llevados ahí por un grupo de humanos para ser utilizados/explotados ya sea como transporte (caballos), por su compañía (perros y gatos) o para convertirlos en comida (vacas). Para la mayoría de nosotros, estos animales no son más que recursos, medios para nuestros propios fines. Son considerados nuestra propiedad, cosas que podemos usar como mejor nos parezca.
Por lo mismo, no debiera sorprendernos que una vez que dejan de ser productivos o que su mantenimiento requiere un gasto mayor que el que reembolsan, sean descartados o abandonados como cualquier otra cosa o máquina.

El problema mayor (y que al parecer muy pocos visualizan) es que esto no sólo sucede en Chaitén sino en prácticamente todas las sociedades humanas contemporáneas alrededor del planeta, en las cuales los demás animales son considerados nuestra propiedad. La única diferencia es que en la mayoría de éstas, los responsables directos de la muerte de estos animales no son volcanes sino todos aquellos de nosotros que optamos por consumir productos de origen animal.

Cada vez que optamos por comprar una bandeja de huevos, no sólo pagamos por la esclavitud y explotación de cierto número de gallinas, sino también por la muerte temprana de todos los polluelos macho que son “no-productivos” para la industria, y por la posterior muerte de todas estas gallinas una vez que su productividad deja de satisfacer los estándares comerciales.

Cada vez que optamos por comprar una caja de leche o un trozo de queso, no sólo pagamos por la esclavitud y explotación de cierto número de vacas, sino también por la muerte temprana de quienes debían ser los receptores de la leche, los becerros macho que son “no-productivos” para la industria (o pasan a ser parte de la industria de la carne de ternero), y por la posterior muerte de todas estas vacas una vez que su productividad deja de satisfacer los estándares comerciales.

Ya sea para comer sus cuerpos o sus secreciones, para vestirnos con sus pelos o pieles, para divertirnos a sus expensas o para experimentar en ellas y ellos, billones de animales no-humanos son privados de libertad, explotados, torturados y asesinados simplemente porque los consideramos simples cosas cuyo único valor es el que el humano les asigna, un valor utilitario que sirve nada más que para satisfacer nuestros placeres más superficiales.

Si hemos de evitar futuras tragedias como la que está sucediendo en Chaitén, debemos ir a la raíz del problema – el status de propiedad de los demás animales-, lo cual significa que debemos dejar de considerarlos y tratarlos como meros recursos o productos.

Si hemos de tomar, seriamente, en consideración los intereses de los demás animales, entonces debemos rechazar la noción de que son nada mas que instrumentos, que solo poseen el valor que nosotros les asignamos (un valor utilitario e instrumentalista). Sólo así estaremos luchando por todas y todos, no solo por unas pocas y pocos. Sólo así estaremos luchando por los miles que mueren a diario en nuestras propias ciudades, en granjas e industrias, y no solo por algunos que puedan morir en un lugar remoto.

En otras palabras, debemos empezar a lidiar con la enfermedad, no solo con sus síntomas.
La enfermedad, es el considerar a los demás animales como "cosas", medios para nuestros fines.

La cura, es veganismo.

Escrito por Samuel Álvarez

Monday, January 14, 2008

El Veganismo NO es una Tribu Urbana

Escribo esta entrada para aclararle a todos aquellos que aún permanecen ignorantes sobre el veganismo y los derechos de todos los animales. Una causa que para muchos en nuestros país aún permanece en las sombras de la cultura suburbana, por lo que no se han enterado de ella, y que para muchos otros que sí la conocen constituye sólo una arista más de un movimiento juvenil que los jóvenes usan para buscar identidad, una llamada tribu urbana.

Esta idea se ha posicionado principalmente gracias a los medios. Sin embargo, ésta percepción no podría estar más errada. Quisiera zanjar este tema aclarando por qué el veganismo no cae dentro de la clasificación de tribu urbana y no lo hace por dos razones básicas. Primero, las tribus urbanas se caracterizan por carecer de un discurso político (a lo más presentan un discurso afectivo). Son movimientos que se centran principalmente en la estética. Si analizamos las tribus urbanas nos daremos cuenta que todos los integrantes de una determinada tribu comparten una manera de vestirse (de peinarse o de maquillarse) similar. Es así como los oshare, los visual, los góticos, los punk, los pokemones, etc, todos tienen su estilo estético característico. Sin embargo, en el caso del veganismo no es así. Al caminar por la calle nadie sabrá que soy vegano. Es más podría vestirme como gótico, metalero o pelolais y ser vegano de todas formas y nadie podría identificarme de no hablar conmigo. La razón es simple, el veganismo consta de un discurso político y este discurso es "todos los animales somos iguales". Así el veganismo aparte de ser un estilo de vida es una declaración política bastante bien definida en la que se le dice al mundo qué pensamos y qué no nos parece (la explotación de los demás animales) contando además con grandes ideólogos que han trazado las bases de la teoría ética que lo sostiene.

El segundo punto, y con el que termino, es que las tribus urbanas están integradas casi exclusivamente por adolescentes y niños, todos buscando un lugar para encajar, un lugar en la sociedad. Este criterio no se aplica en el caso del veganismo pues veganos hay en todo el mundo y de todas las edades, desde recién nacidos hasta ancianos. No está enfocado en uno sino en los demás, no es para mí sino por mí para los demás, para los animales no-humanos. El que el rango etario de veganos esté en la adolescencia es exclusivamente porque el movimiento recién está afiatándose en nuestro país. En países como España existen activistas de 40 años (aquí en Chile conozco de 30, pero son pocos) y en Inglaterra hay activistas que cruzan las 6 décadas. Es sólo una cuestión de cuándo comenzó el movimiento. Dentro de 20 años en Latinoamérica tendremos muchos activistas por sobre los 40 años de edad entre los que espero contarme yo.
Diego Andrade.-